lunes, 14 de marzo de 2016

BELLEZA

Una sonrisa se dibujó en su tierna cara.
Millones de mariposas se encargaron
de sostener esa sonrisa,
de darle vida a ese rostro.

Era bonita.
Ella nunca quiso darse cuenta,
pero era muy bonita.
Tenía algo especial en sus ojos almendrados.

Nunca fue consciente de su belleza.
Siempre había un miedo latente en su pecho,
ese que a veces no le permitía avanzar,
ese que a veces le arrancaba unas cuántas lágrimas.

Pero cuando sonreía,
cuando el retumbar de su corazón
le hacía curvar sus labios,
Irradiaba una luz imposible de ocultar.

No todos conocían su sonrisa,
ella no se la regalaba a cualquiera.
Muchas veces la tildaban de demasiado seria,
pero cuando quería era un fuego imposible de apagar.

Por eso aquel día
quedó grabado en su mente.
El día en que empezó a sonreír sin miedo,
y que su ánimo tomó color.

Ese día, inconscientemente, su belleza
decidió salir a tomar un paseo,
pero lo que ella no sabía era que ese paseo
le iba a permitir comenzar a ser feliz.




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