lunes, 4 de mayo de 2015


Cuando el viento te aleje de mí,
no tendré pánico a tu adiós.
Serán parte de nuestra historia
esas lágrimas en mis labios.
El tiempo dirá si valió la pena
ese mínimo instante de pasión
y esos besos que,
como rosas en flor,
perfumaron mi pelo con tu fuego.
Olvidaremos lo acontecido,
pintaré mi alma con otros colores,
que no serán los tuyos.
Pero estoy segura que
de mi cálida sonrisa en tus labios
no te podrás olvidar.

Joanna M.
Cuando el viento te aleje de mí,
no tendré pánico a tu adiós.
Serán parte de nuestra historia
esas lágrimas en mis labios.
El tiempo dirá si valió la pena
ese mínimo instante de pasión
y esos besos que,
como rosas en flor,
perfumaron mi pelo con tu fuego.
Olvidaremos lo acontecido,
pintaré mi alma con otros colores,
que no serán los tuyos.
Pero estoy segura que
de mi cálida sonrisa en tus labios
no te podrás olvidar.

Joanna M.
Quiero tenerte en mi vida hasta siempre. Que el sol salga cada mañana en nuestras tazas de café y que la luna ilumine cada página del libro que estamos escribiendo con esta historia.

Quiero que haya mariposas cada día revoloteando por nuestros cabellos, dejando semillas de pensamientos repletos de pasión.
Quiero que tu mano y la mía dibujen cautelosamente un camino, una senda, algo que sea capaz de guiar nuestros pasos.

Que cada abrazo que nos demos, sea un ritual de entrega. Un momento único, irrepetible, mágico e inolvidable.
Que tu mirada se estremezca ante mis lágrimas, y sepas enjugar mis penas entre tus dedos.

Que mis ojos sepan reconocer tus gestos, buenos y malos, y que mi corazón tenga la sabiduría necesaria para interpretar tus miedos.

Una historia de sueños, de anhelos, de entregarte hasta lo imposible para hacerte feliz.
Porque eso es lo que más importa en una relación. No pretender que el otro te haga feliz, sino tú hacer feliz a esa persona que amas.

Ese, es el secreto del verdadero amor.

Joanna M.
Ser capaz de morir sin miedo, porque es parte del juego. Quizás es eso lo que debemos cambiar. 
No mirar atrás. Siempre, siempre para adelante. Es en vano tenerle miedo a lo que vendrá, porque aún no llegó. Concéntrate en lo que hay en este instante delante tuyo. 
Lo que tenga que ser, lo que tenga que suceder... Todo será y sucederá a su debido tiempo y lugar.
Seamos siempre felices ahora. Tu alma te lo agradecerá.

Joanna M.
Aquella noche te conté mis miedos. Te dejé conocer mis sueños.
Fuiste la primera persona en saberlos. No fue fácil tomar la decisión de dejar que me quisieras. No quería volver a soñar. Una grieta en mi ser se negaba a cerrar. 
Aquella noche te entregué mi alma por completo. Mi pecho pedía tus latidos para poder crear nuestra propia melodía de amor. 
Te esperé mucho, demasiado. Tus manos en mi cuerpo eran como la lluvia en tierra seca. Estaba renaciendo... Reviviendo gracias a tus besos en mi alma.
Haber llegado al cielo entre tus manos fue mágico, algo tan inesperado como inolvidable. Cada segundo de tu sudor con el mío creó un escudo. Una protección que nadie de afuera puede romper; sólo nosotros, si así lo quisiéramos.
Nos amamos, y eso es lo único que nos importa ahora. 
Lograr que cada beso sea como el primero, que cada abrazo logre abrazar mi espíritu, que cada vez que tomes mi mano una energía irreconocible desborde mi corazón y el tuyo.
Creo que es el mejor regalo que nos podemos dar el uno al otro.
Porque te quiero y quiero lo mejor para ti.

Joanna M.
Un ángel sin alas
apareció en mi vida,
dispuesto a darme
amor y compañía.

Su simple presencia
alegra mi día.
Me recuerda lo bello
que es vivir la vida.

Cuando estoy con él
olvido por completo
mis pesares y lágrimas.
Porque él con un mimo los espanta.

En sus ojitos puedo ver
lo mucho que nos queremos.
Y en esa mirada le hago saber
que no puedo ni quiero perderlo.

Joanna M.
Y te quiero simplemente porque eres parte de mis sueños. No porque contigo todo es distinto, sino porque consigo hacerte feliz.
Te quiero porque mi mundo contigo ha cambiado de perspectiva. 
Tranquilo, no pretendo que estamos juntos por siempre. No sería justo para ninguno de los dos.
Pero quiero que este instante perfecto quede grabado a fuego en nuestro ser.
No pretendo amarrarte a mis ojos. Tampoco que mi sonrisa te desvíe del rumbo. 
Sólo quiero amarte, aunque sea un sólo segundo. Y quiero que me ames, de esa forma que sólo tú conoces.
A veces se me hace difícil decirte estas cosas, pero necesito que las sepas.
Necesito que tú las sepas más que yo.

Joanna M.
Te regalé una rosa,
que salió de mi corazón.
Sólo a ti te la entregué.
Te pedí que la perfumaras,
Que lo hicieras a tu gusto.
Pero con la única condición
De que no arrancaras ni lastimaras
Ningún pétalo de ese amor.

Te regalé una rosa,
Para que alegraras tu jardín. 
Le quité las espinas
Para que no te lastimara.
Pero no aprovechaste esa oportunidad.

No te pareció necesario perfumar esa rosa.
Ella, inofensiva, esperaba ansiosa
Tus caricias en sus delicados pétalos,
Tus besos en cada gota de rocío.
Pero no lo hiciste.
Tu orgullo fue mayor que
El grito de socorro de esa rosa mía.

Ahora ella, ofendida como nadie,
Ha hecho crecer sus espinas nuevamente.
Un simple paseo por su tallo
Te recordará, insensato,
Las lágrimas que alguna vez
Derramé por ti.

Joanna M.
Te encuentro solitario
en este pedazo de mundo.
Las luces de neón se han apagado,
y tu mirada azul sólo encuentra
pequeños detellos de lejanas luciérnagas.
Las nubes pintan de tono violáceo
esta noche infinita que refleja tus ojos.
Parece que no hay consuelo para ti
en estas líneas que te escribo.
Tampoco pretendo que lo sean.
Pero quiero que sepas
que a cada minuto que pasa,
la belleza del universo 
sigue su camino sin que te des cuenta.
Tus lágrimas son parte del
pedregoso camino que debes recorrer.
Cada tropiezo, es una nueva oportunidad
para poner a prueba tus mejores dones.
Tu vida pasa a ser más hermosa
en el preciso instante en que
la miras con otros ojos.
Y yo, seguiré aquí,
aunque no te des cuenta,
para fortalecer tu valentía
y recordarte que te quiero.

Joanna M.
Hay personas en la vida que llegan sin avisar. Así, de sopetón, como un aguacero. Y así mismo, como un aguacero de otoño, refrescan la piel.
Son esas personas que, aunque pase el tiempo, parecen ser las mismas que conociste el primer día.
Ese primer cruce de miradas, ese primer "hola", esa primer carcajada cómplice. No importa cómo esa persona llegó a tu vida, importa que ahora esté a tu lado. 
Pueden ser de tu mismo sexo o no. Eso no interesa. Quizás en algún momento pensaste que esa persona fue un error en tu camino, le deseaste lo peor y rogaste no verla más. Pero en el fondo sabes que toda esa manera de despotricar era una muestra inconfundible de amor.
Ese verdadero amor que conocemos solamente con nuestros amigos. Esos compinches de aventuras inolvidables, o protagonistas de principales momentos de nuestro existir.
No hay recetas mágicas para encontrar una amistad. Simplemente aparece y te hace feliz.
¿Tienes amigos? Cuídalos. No es divertido cuando los pierdes. Es un tesoro que vale mucho la pena cuidar hasta la muerte.

Joanna M.
uenan campanas en el río
mientras el horizonte clarea.
Sentada en la tierra,
pies descalzos, alma en vuelo.

Los pájaros cantan alegremente,
al ver como las nubes se van disipando.
Entretanto, el rocío mañanero
moja mis manos de esperanza.

Sueños rotos vuelan sin rumbo
en el lejano horizonte de tus ojos.
Siento entre tus manos un largo vacío
que no me animo a romper con simples palabras.

Te abrazo con una fugaz mirada.
Logro reconocer tus miedos en el silencio.
Comienza a caer la lluvia con esmero,
y aprovecho el momento para darte un beso.

Infinito fue el momento en que el sol
iluminó nuestros labios.
Te entregué por completo mis secretos.
Llévalos contigo, por favor, y guárdalos hasta donde quieras.

Joanna M.
Soñarte es rutina,
No hay horario establecido.
tampoco hay lugar
Donde no sentir tu aroma tibio.

Te llevo impregnado
En cada uno de mis pensamientos
y, osadamente, el deseo
Brota firme entre mis labios.

Un minuto te ruego,
Déjame olvidar el tiempo.
enséñame el arte
De amarte sin tener miedo.

Joanna M.