lunes, 4 de mayo de 2015

Un ángel sin alas
apareció en mi vida,
dispuesto a darme
amor y compañía.

Su simple presencia
alegra mi día.
Me recuerda lo bello
que es vivir la vida.

Cuando estoy con él
olvido por completo
mis pesares y lágrimas.
Porque él con un mimo los espanta.

En sus ojitos puedo ver
lo mucho que nos queremos.
Y en esa mirada le hago saber
que no puedo ni quiero perderlo.

Joanna M.

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