martes, 7 de abril de 2015

Si pudieras detener el tiempo, deténte en lo que vale la pena.
No te detengas en esas lágrimas de rabia, odio o impotencia. Es más valioso que te detengas en las lágrimas de felicidad, de amor...
No temas creerte invencible, porque en cierta medida, sí lo eres. Nadie más que tú conoce tus errores y tus aciertos. Y nadie más que tú conoce lo que te hace totalmente feliz.
Creer mentiras infundadas y en sentimientos inexistentes es lo que cansa a tu corazón. Y un corazón cansado, no siempre sabe lo que hace. Un corazón cansado tiene la maldita costumbre de hacer, sentir y querer lo que no debe.
Y yo... yo ya tengo el corazón demasiado cansado.
Joanna M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario