jueves, 9 de abril de 2015

Motivos de sobra existen para conocer a alguien. Alguien que quizás no hubieras conocido si no hubiera sucedido ese preciso momento. Alguien que apareció en tu camino de la manera más discreta, pero que detuvo tus pasos y te obligó a pensar.
Ese tipo de personas son aquellas que vale la pena escuchar porque con una simple y fugaz mirada, o con un fuerte abrazo te pueden estar diciendo muchísimas cosas.
Son seres humanos perfectos para ti, quienes te ayudan a levantarte cuando estás caído, o te tiran de las orejas para que sigas, cuando ven que te has rendido.
Son esas personas de las que te tienes que rodear. No importa si son de tu misma edad, mayores o menores. Lo que realmente importa de esas personas es su alma repleta de luz y de esperanza para brindarte. Lo que importa es la voluntad desinteresada de ayudarte en lo que necesites.
Esas personas son tus amigos. Esos ángeles que fuiste cosechando por el camino, y que el universo puso ante ti para que los disfrutes.
Quizás llegaron muy temprano en tu vida, o puede que hayan llegado hace unos pocos días, pero fueron un bálsamo para tus tristezas.
Disfruta de tus amigos, de cada momento que puedan y deban pasar juntos. No olvides decirles que los quieres, ni tampoco olvides agradecerles por formar parte de tu vida.
Recuerda que los amores pasan como una tormenta, pero la verdadera amistad queda sembrada en tu mejor jardín de flores.

Joanna M.

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