jueves, 9 de abril de 2015

Con sólo una mirada mi alma se elevó. Recorrí el mundo entero mientras me besabas.
Nuestras manos se entrelazaron y se unieron, como las gotas de lluvia se unen con el mar.
Ese instante mágico que ocurre pocas veces en la vida.
Es un momento perfecto, hermoso, inolvidable y bendito.
Es ese momento en que Dios se muestra al mundo, uniendo dos almas por casualidad, o más bien, por causalidad.
No te pedí, ni te esperaba. No queria volver a creer en cuentos tontos de hadas inexistentes.
No pediste permiso para entrar en esta maltrecha vida, pero ahora que estás aquí, te pido por favor que no te vayas.
Viniste a curar las heridas de este corazón roto. Y me gustaría curar las tuyas.
Dicen que dos corazones rotos pueden curarse entre sí. Quizás, con el tiempo, podamos recordar ese triste pasado con una sonrisa, y la certeza de haber aprendido.
Ahora, que la vida nos unió nuevamente, vamos a aprovecharlo. Quiero vivir estos momentos contigo. Quiero sentirme protegida entre tus brazos, y que cada beso en la frente logre disipar mis malos recuerdos.
Quiero enjugar mis lágrimas sobre tu pecho, y que nuestros corazones canten la misma melodía, de tal forma que seamos uno solo.
Te quiero.
Te quiero porque te estoy queriendo mucho más de lo que pretendo.

Joanna M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario