jueves, 9 de abril de 2015

¿Cómo decirle que no
a un mundo que,
cuando menos lo esperas
destila excesiva felicidad?
Porque cuando lloras,
hay minutos de tu vida que
se te escapan de las manos,
como gotas de agua.
Pero algo o alguien
te envía la mejor
energía positiva que existe.
Te manda más vida para que disfrutes vivirla.
Y tú, logras sonreír ante tanta hermosura.

Joanna M.

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