sábado, 23 de abril de 2016

RENACER

Aquella noche te conté mis miedos. Te dejé conocer mis sueños.
Fuiste la primera persona en saberlos. No fue fácil tomar la decisión de dejar que me quisieras. No quería volver a soñar. Una grieta en mi ser se negaba a cerrar. 
Aquella noche te entregué mi alma por completo. Mi pecho pedía tus latidos para poder crear nuestra propia melodía de amor. 
Te esperé mucho, demasiado. Tus manos en mi cuerpo eran como la lluvia en tierra seca. Estaba renaciendo... Reviviendo gracias a tus besos en mi alma.
Haber llegado al cielo entre tus manos fue mágico, algo tan inesperado como inolvidable. Cada segundo de tu sudor con el mío creó un escudo. Una protección que nadie de afuera puede romper; sólo nosotros, si así lo quisiéramos.
Nos amamos, y eso es lo único que nos importa ahora. 
Lograr que cada beso sea como el primero, que cada abrazo logre abrazar mi espíritu, que cada vez que tomes mi mano una energía irreconocible desborde mi corazón y el tuyo.
Creo que es el mejor regalo que nos podemos dar el uno al otro.
Porque te quiero y quiero lo mejor para ti.



No hay comentarios:

Publicar un comentario