viernes, 6 de mayo de 2016

OLIMPO

Nuestros dedos se abrazan,
y el fuego graba
nuestros nombres en el cielo.
En el Olimpo los dioses
bendicen nuestros corazones rotos.
Cada minuto sagrado
es bañado por el rocío
que emanan nuestras almas.
Los ángeles, contentos,
sonríen ante el cariño.
Me sonrojo ante su presencia
y le ruego al miedo que se escape.
Me cuelo en tus pensamientos,
y en un susurro, inaudible
para el resto de las almas,
te hago conocer
mis más profundos sentimientos.
Te quiero.


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