martes, 17 de mayo de 2016

ÍNFIMO
Hoy te vi.
Después de días, horas
y segundos.
Después de madrugadas
y desvelos matutinos.
Hoy te vi, caballero mío.
Con tu andar de elegancia
indiscutible,
con tu sonrisa pronta
para transformarse
en un beso.
Hoy te vi, con la mirada
triste por la espera,
pero con el corazón alegre
por el reencuentro.
Y tú me viste.
Corriendo desesperada a tus brazos,
deseando oler tu perfume,
dejando de lado, por un rato,
mis miedos,
y entregándote
todas mis virtudes.
Me viste.
Con ojos empañados de alegría,
saltando de júbilo
al ver tu figura serena.
Hoy nos vimos.
Con la misma pasión
del primer encuentro,
con la misma osadía
en cada caricia.
Hoy nos vimos
y prometimos volver a vernos,
cada noche,
en ese ínfimo segundo
entre que la luna cierra los ojos
y el sol abre los suyos.


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