martes, 1 de septiembre de 2015

NUESTRO

Mañana gris, cabello revuelto.
Despierto con un beso tuyo en mis labios.
Eres mi despertador perfecto.

Imploro al cielo un día de paz,
comienzo de cero esta jornada invernal.
Pero siempre tú estás para devolverme la calma.

Sonrío al ver tu tierna mirada,
mi reflejo en tus ojos ilumina mi alma.
A veces no encuentro la palabra adecuada.

Ha pasado mucho tiempo desde aquel día.
Me sorprende reconocer que todo sigue igual
a ese momento mágico en que cambiaste mi vida.

Nuestra foto nos sonríe desde la pared blanca,
tu misma sonrisa al verme,
y mi corazón galopando kilómetros, como siempre.

Es un deseo que no tiene fin, tuyo y mío… nuestro,
como cada beso apasionado que me das y
que llevo, como un estandarte, en el fondo de mi pecho.



No hay comentarios:

Publicar un comentario