viernes, 31 de marzo de 2017

Supongo que ya estoy de vuelta. Digamos que tuve un tiempo turbulento, un pequeño caos que estoy superando. Debía tomar una decisión, por mí, no por otros. Mi cuerpo y mi mente estaban gritando ya de tanto dolor, de tantas lágrimas que habían quedado en el fondo del tintero. Tuve que dejar atrás miles de cosas, muchas, demasiadas. Una parte importante de mi vida.
Pude haber obrado mal, siempre hay errores, fracasos, pero se aprende de todo todos los días, e incluso del simple hecho de vivir el día a día. Di el primer paso, el más importante, en el cual dejaba todo el miedo atrás. Miedo y cobardía debían transformarse en valentía y poder... en voluntad. Simplemente debía dejar ir. Cosas, personas, lugares... Y me fui. Porque lo necesitaba, porque lo exigía mi alma. Mi vida.
Porque la toxicidad y la manipulación deben llegar a un fin. Y yo se lo di. No de la mejor manera quizás, pero lo hice. Por mí, por otros que sé que lo necesitaban.
Pero primero que nada por mí. Por mi vida.

Joanna




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